Es interesante como podemos hacer una comparación entre el grupo de ciberactivistas anonymous con el subcomandante Marcos.
El grupo de Anonymous es un grupo descentralizado que se esconde tras una mascara; no hay un líder ni una ideología que todos los miembros de Anonymous siguen. Anonymous representa a la sociedad, representa a los oprimidos, representa la lucha de las minorías. La mascara es para que cada persona pueda identificarse, además tiene la ventaja de que es un ideal y no un hombre de carne y hueso: Anonymous es inmortal, no hay un líder a quien matar para que se acabe porque la mascara no tiene vida, pueden matar al sujeto que la porta pero no a la mascara.
Con Marcos sucede algo similar:
Representa un ideal de lucha, las aspiraciones de liberación del pueblo indígena. Marcos no es Rafael Guillen pues Rafael Guillen es un hombre de carne y hueso que puede morir pero Marcos no muere con Rafael Guillen; otro hombre toma el pasamontañas, continua luchando y Marcos sigue viviendo. El pasamontañas no representa a un hombre de carne y hueso sino a la lucha indígena que lleva 500 años desde la conquista y continuara hasta que sus exigencias sean escuchadas
“Marcos es el nombre de un compañero que murió, y nosotros siempre tomábamos los nombres de los que morían, en esta idea de que uno no muere sino que sigue en la lucha” Marcos
Marcos en sus palabras:
A todo esto de que si Marcos es homosexual: Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en Europa, chicano en San Ysidro, anarquista en España, palestino en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, chavo banda en Neza, rockero en CU, judío en Alemania nazi, ombudsman en la Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la posguerra fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro de la CNTE, artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de cualquier México, guerrillero en el México de fin del siglo XX, huelguista en la bolsa de Nueva York, reportero de nota de relleno en interiores, machista en el movimiento feminista, mujer sola en el metro a las 10 p.m., jubilado en plantón en el Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el sureste mexicano.
En fin, Marcos es un ser humano cualquiera en este mundo. Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, resistiendo, explotando, diciendo “¡ya basta!” Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos.
De nada señores de la PGR, estoy para servirles… con plomo.