Las ventajas y desventajas de los organismos descentralizados

Vivimos en una época en la que no existe la libertad de expresión, en las escuelas se enseña que vivimos en una República con ideas modernas. Sin embargo poco ha cambiado desde los inicios de la época moderna

Así como en la historia se cuenta que muchas revoluciones fueron iniciadas por organismos secretos y descentralizados, en esta época esa sigue siendo la única arma para luchar contra el tirano.

El primer paso para destruir a un organismo es destruir al líder, por esto el gobierno siempre esta en busca de “los cabecillas”. Si esto no es suficiente (en caso de que el jefe sea remplazado con facilidad) entonces se procede a destruir a el organismo en un duelo uno a uno (atacar a los miembros cuando estos están reunidos). Los medios para realizar estos actos de totalitarismo son muchos: espías, esquiroles, sobornos, e inclusive el mismo ejercito)

Por otro lado, el gobierno esta indefenso contra los organismos descentralizados; no tienen líder, no hay un punto de reunión, no son una asociación… El gobierno no tiene a quien buscar, no hay grupos suficientemente grandes como para poner espías, no hay a quien sobornar pues los miembros desconocen a los otros miembros. Así que la única arma que utiliza el gobierno es la indiferencia, hacer como si no estuviera pasando nada.

Citare la novela 1984 de George Orwell, cuando O’Brien acepta a Winston como miembro:

From your personal knowledge you will never be able to say that it numbers even as many as a dozen. You will have three or four contacts, who will be renewed from time to time as they disappear. As this was your first contact, it will be preserved. When you receive orders, they will come from me. If we find it necessary to communicate with you, it will be through Martin. When you are finally caught, you will confess. That is unavoidable. But you will have very little to confess, other than your own actions. You will not be able to betray more than a handful of unimportant people. Probably you will not even betray me. By that time I may be dead, or I shall have become a different person, with a different face.’

Eso es exactamente lo que pasa con lor organismos descentralizados: al capturar a un miembro él sólo podra delatar a unos pocos, ni siquiera tendrá un estimado de la cantidad de miembros de la organización. Esto es valido para cualquier miembro que sea capturado, pues recordemos que no hay líder.

Finalmente, O’Brien finaliza diciendo que no lo podrán traicionar porque quizá ya este muerto para ese momento. Los miembros de los organismos descentralizados mueren de la misma manera: en el anonimato, sin que afecte a nadie su perdida.

Es tiempo de analizar las desventajas… continuara 😀

El estacionamiento

Hace algún tiempo comencé a analizar como era la vida en los estacionamientos. Después logre transformar este suceso en una alegoría que trata aspectos éticos muy interesantes. Presento la alegoría a continuación:

Pensemos en un gran estacionamiento de un centro comercial, dicho estacionamiento esta ubicado en una zona altamente poblada.

Todos los conductores aspiran a obtener un lugar en los pisos que se encuentran arriba, quizá porque estos tienen acceso directo a la plaza, pero acceder a ellos sólo es una utopía, ya que los dueños de tiendas y administradores del centro comercial se adueñan de estos lugares antes de abrir la plaza. La mayoría de los conductores saben que esto sólo es un sueño lejano, arriba nunca habrá lugar para el conductor común.

Así que el conductor corriente se conformaría con encontrar lugar en la planta baja. Sin embargo, los lugares de la planta baja son los primeros en llenarse cuando recién se ha abierto la plaza.

De este modo, cada conductor dependiendo de su esperanza en encontrar lugar van descendiendo niveles, cada nivel con más lugares que el anterior.

Una vez en el sótano, en el 1er nivel tenemos el acceso a alguna tienda subterránea de segunda, pero sigue siendo un piso comercial lleno de buena publicidad. En el segundo nivel ya no hay plaza, mas los lugares están limpios y no hace tanto calor como en los pisos siguientes. En el 3er nivel tenemos un piso descuidado con muchos más lugares y por último en el cuarto nivel se presenta un piso abandonado, sin luz, sucio, a nadie le agrada y nadie lo conocería de no ser por la ausencia de lugares.

El estacionamiento se encuentra completamente lleno, además hay muchos coches esperando afuera. De vez en cuando se desocupa algún lugar, pero este se llena instantáneamente por todos los coches que se encuentran dando vueltas en la plaza. Evidentemente la administración de los coches que se dejaron entrar fue un fracaso; superan en 10 veces la capacidad de estacionamiento.

A esto debemos sumarle aquellos conductores inconscientes que ocupan dos lugares en vez de uno, por estar a la mitad de los dos lugares o en un lugar invadiendo una parte del otro. Incluso algunos llegan a atravesarse horizontalmente en los espacios cubriendo a más de dos. Pero no son tan malas noticias, algunos lugares cuentan con espacio para más de dos coches.

Encontrar lugar en la plaza muchas veces es cuestión de suerte, sin embargo es claro que aquellos que tienen un automóvil veloz pueden tienen mayor ventaja con respecto a los que llevan un coche de antaño; cuando estos ven un lugar no son lo suficientemente rápidos para llegar a el.

Inclusive hay quienes llevan grúa y se roban el lugar de otro. Por supuesto que están también los que van de paso y sólo dan una vuelta por el estacionamiento y se van. Es pertinente mencionar a aquellas personas que roban los tapones, espejos y llantas.

Este tipo de situaciones propicia que la mayoría de los conductores baje automáticamente hasta el último piso para encontrar lugar.

Evidentemente muchos coches no se adaptan, no caben o sencillamente no les gusta algún lugar del estacionamiento por lo que tienen que ir en busca de otro.

Generalmente la mayoría de los coches encuentra lugar tarde o temprano. Pero no todos!

El mito de Sisifo : Camus

Antes de abordar el texto de Camus, me gustaría hablar de quien era Sísifo.

Sísifo: Paradigma de la astucia para los griegos. Zeus lo mató por haber encadenado a la Muerte, pero en el Hades alegó que no le habían dado honras fúnebres y debía volver a la superficie para remediarlo. Cuando volvió, ya de viejo, sufrió el conocido castigo eterno. (Editorial Gredos)

En las metamorfosis de Ovidio se hace mención a la causa de su castigo: “La causa remota de su suplicio es haber revelado a Asopo que Zeus había raptado a su hija Egina.” (Ovidio)

Homero hace mención al castigo eterno de Sísifo en el canto XI de la Odisea (Descensus Ad Inferos): “Y vi a Sísifo, que soportaba pesados dolores, llevando una enorme piedra entre sus brazos. Hacía fuerzas apoyándose con manos y pies y empujaba la piedra hacia arriba, hacia la cumbre, pero cuando iba a trasponer la cresta, una poderosa fuerza le hacía volver una y otra vez y rodaba hacia la llanura la desvergonzada piedra. Pero él la empujaba de nuevo con los músculos en tensión y el sudor se deslizaba por sus miembros y el polvo caía de su cabeza.” (Homero, Catedra)

Sísifo, junto con Tántalo, Ixíon y Danaides; es uno de los condenados a un castigo eterno. En el texto de Camus, se utiliza su mito como una alusión a lo absurdo que es realizar un trabajo no finito que no lleva a nada.

El mito de Sísifo

Los dioses habían condenado a Sísifo a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza.

Si se ha de creer a Homero, Sísifo era el más sabio y prudente de los mortales. No obstante, según otra tradición, se inclinaba al oficio de bandido. No veo en ello contradicción. Difieren las opiniones sobre los motivos que le convirtieron en un trabajador inútil en los infiernos. Se le reprocha, ante todo, alguna ligereza con los dioses. Reveló sus secretos. Egina, hija de Asopo, fue raptada por Júpiter. Al padre le asombró esa desaparición y se quejó a Sísifo. Éste, que conocía el rapto, se ofreció a informar sobre él a Asopo con la condición de que diese agua a la ciudadela de Corinto. Prefirió la bendición del agua a los rayos celestes.

Por ello le castigaron enviándole al infierno. Homero nos cuenta también que Sísifo había encadenado a la Muerte. Plutón no pudo soportar el espectáculo de su imperio desierto y silencioso. Envió al dios de la guerra, quien liberó a la Muerte de manos de su vencedor. Se dice también que Sísifo, cuando estaba a punto de morir, quiso imprudentemente poner a prueba el amor de su esposa. le ordenó que arrojara su cuerpo sin sepultura en medio de la plaza pública. Sísifo se encontró en los infiernos y allí irritado por una obediencia tan contraria al amor humano, obtuvo de Plutón el permiso para volver a la tierra con objeto de castigar a su esposa. Pero cuando volvió a ver este mundo, a gustar del agua y el sol, de las piedras cálidas y el mar, ya no quiso volver a la sombra infernal.

Los llamamientos, las iras y las advertencias no sirvieron para nada. Vivió muchos años más ante la curva del golfo, la mar brillante y las sonrisas de la tierra. Fue necesario un decreto de los dioses. Mercurio bajó a la tierra a coger al audaz por la fuerza, le apartó de sus goces y le llevó por la fuerza a los infiernos, donde estaba ya preparada su roca. Se ha comprendido ya que Sísifo es el héroe absurdo. Lo es en tanto por sus pasiones como por su tormento. Su desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su apasionamiento por la vida le valieron ese suplicio indecible en el que todo el ser dedica a no acabar nada. Es el precio que hay que pagar por las pasiones de esta tierra. no se nos dice nada sobre Sísifo en los infiernos. los mitos están hechos para que la imaginación los anime. Con respecto a éste, lo único que se ve es todo el esfuerzo de un cuerpo tenso para levantar la enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla a subir una pendiente cien veces recorrida; se ve el rostro crispado, la mejilla pegada a la piedra, la ayuda de un hombro que recibe la masa cubierta de arcilla, de un pie que la calza, la tensión de los brazos, la seguridad enteramente humana de dos manos llenas de tierra. Al final de ese largo esfuerzo, medido por el espacio sin cielo y el tiempo sin profundidad, se alcanza la meta. Sísifo ve entonces como la piedra desciende en algunos instantes hacia ese mundo inferior desde el que habrá de volverla a subir hacia las cimas, y baja de nuevo a la llanura. Sísifo me interesa durante ese regreso, esa pausa. Un rostro que sufre tan cerca de las piedras es ya él mismo piedra.

Veo a ese hombre volver a bajar con paso lento pero igual hacia el tormento cuyo fin no conocerá. Esta hora que es como una respiración y que vuelve tan seguramente como su desdicha, es la hora de la conciencia. En cada uno de los instantes en que abandona las cimas y se hunde poco a poco en las guaridas de los dioses, es superior a su destino. Es más fuerte que su roca. Si este mito es trágico, lo es porque su protagonista tiene conciencia.

¿En qué consistiría, en efecto, su castigo si a cada paso le sostuviera la esperanza de conseguir su propósito?. El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas y ese destino no es menos absurdo.

Pero no es trágico sino en los raros momentos en se hace consciente. Sísifo, proletario de los dioses, impotente y rebelde conoce toda la magnitud de su condición miserable: en ella piensa durante su descenso. La clarividencia que debía constituir su tormento consuma al mismo tiempo su victoria. No hay destino que no venza con el desprecio.

Por lo tanto, si el descenso se hace algunos días con dolor, puede hacerse también con alegría. Esta palabra no está de mas. Sigo imaginándome a Sísifo volviendo hacia su roca, y el dolor estaba al comienzo. Cuando las imágenes de la tierra se aferran demasiado fuertemente al recuerdo, cuando el llamamiento de la dicha se hace demasiado apremiante, sucede que la tristeza surge en el corazón del hombre: es la victoria de la roca, la roca misma. La inmensa angustia es demasiado pesada para poderla sobrellevar. Son nuestras noches de Getsemaní.

Sin embargo, las verdades aplastantes perecen al ser reconocidas. Así, Edipo obedece primeramente al destino sin saberlo, pero su tragedia comienza en el momento en que sabe. Pero en el mismo instante, ciego y desesperado, reconoce que el único vínculo que le une al mundo es la mano fresca de una muchacha. Entonces resuena una frase desesperada: «A pesar de tantas pruebas, mi edad avanzada y la grandeza de mi alma me hacen juzgar que todo está bien». El Edipo de Sófocles, como el Kirilov de Dostoievsky, da así la fórmula de la victoria absurda. La sabiduría antigua coincide con el heroismo moderno. No se descubre lo absurdo sin sentirse tentado a escribir algún manual de la dicha. «¿Cómo? ¿Por caminos tan estrechos…?». Pero no hay más que un mundo. La dicha y lo absurdo son dos hijos de la misma tierra. Son inseparables. Sería un error decir que la dicha nace forzosamente del descubrimiento absurdo. Sucede también que la sensación de lo absurdo nace de la dicha. «Juzgo que todo está bien», dice Edipo, y esta palabra es sagrada. Resuena en el universo y limitado del hombre. Enseña que todo no es ni ha sido agotado. Expulsa de este mundo a un dios que había entrado en él con la insatisfacción y afición a los dolores inútiles. Hace del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres. Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos.

En el universo vuelto de pronto a su silencio se alzan las mil vocecitas maravillosas de la tierra. Lamamientos inconscientes y secretos, invitaciones de todos los rostros constituyen el reverso necesario y el premio de la victoria. No hay sol sin sombra y es necesario conocer la noche. El hombre absurdo dice que sí y su esfuerzo no terminará nunca. Si hay un destino personal, no hay un destino superior, o, por lo menos no hay más que uno al que juzga fatal y despreciable. Por lo demás, sabe que es dueño de sus días. En ese instante sutil en que el hombre vuelve sobre su vida, como Sísifo vuelve hacia su roca, en ese ligero giro, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierten en su destino, creado por el, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte. Así, persuadido del origen enteramente humano de todo lo que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca sigue rodando.

Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Se vuelve a encontrar siempre su carga. Pero Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. Él también juzga que todo está bien. Este universo en adelante sin amo no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada trozo mineral de esta montaña llena de oscuridad forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre.

Hay que imaginarse a Sísifo dichoso.

Bibliografía

Camus, Albert. El mito se Sísifo. Losada: Madrid, 1985

Homero. La Odisea. Ediciones Cátedra: España, 2005

Homero. La Odisea. Biblioteca Clásica de Gredos: Barcelona, 2007

Ovidio. Metamorfosis. Ediciones Catedra: Madrid, 2007.

Los otros yo

Escribir acerca de las diferentes representaciones y perspectivas de uno mismo ha estado muy de moda desde el romanticismo, a continuación se presenta 2 clásicos de este estilo.


BORGES Y YO

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo xviii, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páinas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mi podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.

Jorge Luis Borges


El Otro Yo

Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente , se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas.

Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

Mario Benedetti

Guerra contra la OTAN

Todos los días observo noticias que me recuerdan a libros como 1984 de George Orwell.

No es coincidencia, es simplemente que estamos en un mundo totalitario que pretende monitorear todos nuestros hábitos, lineas telefónicas, conexión a internet etc. Del mismo modo como Winston Smith vive en un mundo que tiene cámaras dentro de las casas, así nosotros en un futuro también tendremos cámaras.

Pero lo que llama mi atención en este momento son los actos de resistencia; al igual que en la novela no es posible realizar una gran batalla como se hace en las películas. Al contrario se crean guerrillas secretas y pequeñas con la intención de sabotear.

El ejemplo más claro de estas guerrillas son la conquista cristiana en el mundo. La religión cristiana estaba prohibida en un inicio, pero se fue enseñando en secreto, hasta que crearon legiones que en determinado momento fueron suficientemente grandes como para abatir al gobierno. De este modo la religión tuvo que ser aceptada.

Así que la solución para derrotar a un gobierno totalitario como el de “el gran hermano” que en esta época se llama OTAN, es a través de las guerrillas. No existe ejercito que pueda derrotar a la OTAN en un duelo frente a frente. Así que la manera de destruir a la OTAN es con sabotaje, tal como el que están realizando los hackers, los terroristas, etc.

Es cierto que en un atentado muchas veces mueren personas inocentes, sin embargo es necesario; sería muy difícil colocar una bomba en la casa de Obama, sobre todo si consideramos que estamos luchando con guerrillas clandestinas. Estas guerrillas no tienen el dinero ni la preparación como para e infiltrar agentes en la Casa Blanca. De este modo la única manera de ser escuchados es atacando a la población civil.

No es mi intención apoyar los actos que dañan a la población civil, pero debo decir que esas acciones son uno de los pocos método para manifestar la existencia de las guerrillas. No son un grupo de desquiciados con bombas, son un grupo de gente que quiere ser escuchada pero no tiene otra forma de hacerlo.

Realmente no existe otra forma, ¿que más pueden hacer?, ¿mandar una carta de desconformidad al presidente? ¿ir a la televisión? ¿crear blogs? ¿Hacer una marcha? Evidentemente lo hacen pero el gobierno los censura. De este modo la única alternativa es atacar.

Además usar la fuerza para reprimir a estas guerrillas no es la solución, pues la gente se manifiesta por que existe un problema. ¿Entonces matar a la gente que se manifiesta es la solución para arreglar los problemas en la sociedad? Es la solución pero en un mundo totalitario donde no hay libertades. En lugar de eso debemos escuchar a esta gente, escuchar que están siendo invadidos. El gobierno siempre los pintara como turbas salvajes, pues son una amenaza para el gobierno. El gobierno quiere que la población le pida que acabe con estos grupos. Así que no debemos de hacerlo, debemos pensar que existe un grupo de gente con una cuestión adversa y que nadie los apoya, por el contrario están siendo exterminados.

Pensemos que uno de los problemas por los que se manifiestan es porque están siendo invadidos. La OTAN esta matando a los familiares de estas personas, sólo por el el hecho de ser diferentes, de tener una cultura diferente. Cualquier población se rebelaría al ser invadida, no es un problema del Islam como nos quiere hacer creer Big Brother. EU se rebelaría del mismo modo si fuese invadido por China.

Así que los grupos descentralizados son la resistencia, si muere uno el movimiento sigue. Al igual que Roma cayó a causa de sabotajes independientes así caerá la OTAN cuando su tiempo llegue. Revueltas internas y guerrillas descentralizadas la única arma.

“Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista.
Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro.
Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío.
Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí”

Martin Niemoeller

Noam Chomsky: My Reaction to Osama bin Laden’s Death

May 6, 2011

We might ask ourselves how we would be reacting if Iraqi commandos landed at George W. Bush’s compound, assassinated him, and dumped his body in the Atlantic.

By Noam Chomsky

It’s increasingly clear that the operation was a planned assassination, multiply violating elementary norms of international law. There appears to have been no attempt to apprehend the unarmed victim, as presumably could have been done by 80 commandos facing virtually no opposition—except, they claim, from his wife, who lunged towards them. In societies that profess some respect for law, suspects are apprehended and brought to fair trial. I stress “suspects.” In April 2002, the head of the FBI, Robert Mueller, informed the press that after the most intensive investigation in history, the FBI could say no more than that it “believed” that the plot was hatched in Afghanistan, though implemented in the UAE and Germany. What they only believed in April 2002, they obviously didn’t know 8 months earlier, when Washington dismissed tentative offers by the Taliban (how serious, we do not know, because they were instantly dismissed) to extradite bin Laden if they were presented with evidence—which, as we soon learned, Washington didn’t have. Thus Obama was simply lying when he said, in his White House statement, that “we quickly learned that the 9/11 attacks were carried out by al Qaeda.”

Nothing serious has been provided since. There is much talk of bin Laden’s “confession,” but that is rather like my confession that I won the Boston Marathon. He boasted of what he regarded as a great achievement.

There is also much media discussion of Washington’s anger that Pakistan didn’t turn over bin Laden, though surely elements of the military and security forces were aware of his presence in Abbottabad. Less is said about Pakistani anger that the U.S. invaded their territory to carry out a political assassination. Anti-American fervor is already very high in Pakistan, and these events are likely to exacerbate it. The decision to dump the body at sea is already, predictably, provoking both anger and skepticism in much of the Muslim world.

It’s like naming our murder weapons after victims of our crimes: Apache, Tomahawk… It’s as if the Luftwaffe were to call its fighter planes “Jew” and “Gypsy.”

We might ask ourselves how we would be reacting if Iraqi commandos landed at George W. Bush’s compound, assassinated him, and dumped his body in the Atlantic. Uncontroversially, his crimes vastly exceed bin Laden’s, and he is not a “suspect” but uncontroversially the “decider” who gave the orders to commit the “supreme international crime differing only from other war crimes in that it contains within itself the accumulated evil of the whole” (quoting the Nuremberg Tribunal) for which Nazi criminals were hanged: the hundreds of thousands of deaths, millions of refugees, destruction of much of the country, the bitter sectarian conflict that has now spread to the rest of the region.

There’s more to say about [Cuban airline bomber Orlando] Bosch, who just died peacefully in Florida, including reference to the “Bush doctrine” that societies that harbor terrorists are as guilty as the terrorists themselves and should be treated accordingly. No one seemed to notice that Bush was calling for invasion and destruction of the U.S. and murder of its criminal president.

Same with the name, Operation Geronimo. The imperial mentality is so profound, throughout western society, that no one can perceive that they are glorifying bin Laden by identifying him with courageous resistance against genocidal invaders. It’s like naming our murder weapons after victims of our crimes: Apache, Tomahawk… It’s as if the Luftwaffe were to call its fighter planes “Jew” and “Gypsy.”

There is much more to say, but even the most obvious and elementary facts should provide us with a good deal to think about.

Copyright 2011 Noam Chomsky

Source: Chomsky, Noam. “My reaction to Osama bin Laden’s Death”. May 6, 2011. Guernica. May 7, 2011. (http://www.guernicamag.com/blog/2652/noam_chomsky_my_reaction_to_os/)

Los mexicanos cada día son más estupidos

La aristocracia mexicana esta compuesta por los altos funcionarios del gobierno (senadores, diputados, gobernadores…) esta gente tiene salarios de entre $1.000.000 de pesos hasta $20.000.000 de pesos al año.

Si esto fuera poco en el pais esta instaurado un régimen totalitario:

  • Todas las lineas telefónicas de teléfonos móviles deben ser registradas con el CURP del usuario
  • En cada avenida, carretera, etc. Hay retenes para revisar los autos, los equipajes que llevan las personas, e inclusive para revisar quienes son las personas.
  • En las zonas fronterizas del sur es muy común que los policías detengan a los ciudadanos y los forcen a cantar el himno nacional, esto como prueba legitima de que son ciudadanos fieles
  • En el transporte colectivo, como en el metro, todas las personas son revisadas, al grado de revisar las mochilas y obligar a las personas a retirarse el cinturón para atravesar el detector de metales.
  • Se ha vuelto común que tanto dentro de las escuelas, como afuera allá policías vigilando.

Evidentemente esto no aplica para los políticos, quienes con mostrar su credencial del gobierno quedan absueltos a toda revisión.

Ahora analicemos en que beneficios recibe la población común:

  • Corrupción por parte de autoridades
  • Servicios públicos deficientes (hospitales, escuelas, transporte)
  • Altos Impuestos
  • 5 millones de mexicanos cuyos ingresos no alcanzan ni el salario mínimo
  • Un 30 % de la población es analfabeta
  • Un país lleno de contaminación y de basura.
  • La desigualdad entre hombres y mujeres. Que es, por cierto, un aspecto muy interesante pues aunque es difícil de creer, México es un país feminista donde las mujeres tienen mas beneficios que los hombres.

Las únicas personas que se benefician de esta situación son los políticos y los empresarios millonarios quienes viven en su paraíso burocrático.

Lo peor de la situación es que los ciudadanos están DORMIDOS, les han hecho creer que si trabajan duro podrán mejorar sus condiciones de vida. A los obreros les han hecho creer que son libres de comprar lo mismo que el jefe; piensan que tienen las mismas oportunidades de crecer que todos.

Los mexicanos piensan que el país cada vez es más seguro, no se dan cuenta que cada día pierden sus libertades. Que son esclavos, siguen siendo los mismos siervos de la edad media; sin oportunidades, sin libertades, alienizados…

Cada vez más la población comienza a alienizarse; actualmente es lo mismo tirar una silla que no sirve y comprar otra, que despedir a un obrero que ya es de la tercera edad y traer a alguien joven.

La justicia se ha olvidado por completo, cada vez hay más prisioneros políticos; mientras que los demás políticos lavan dinero y tienen negocios ilícitos sin nadie que los moleste.

La población mexicana necesita despertar, los ciudadanos deben darse cuenta de las injusticias y deben saber que esto no se arreglara con el cambio de poder; se necesita presionar al gobierno y tomar las armas si es necesario.

Libertad o Muerte